Este verano leí Mamá de Jorge Fernández Díaz, escritor y periodista argentino que convierte
en una novela de éxito la historia de sus padres, inmigrantes asturianos en
Buenos Aires a principios del siglo XX.
La novela tiene dos ejes
narrativos: en el primero, el autor con un estilo muy periodístico cuenta el
viaje y los primeros años de su madre en una ciudad y una familia desconocidas.
En el segundo, se incorpora como personaje logrando una voz más literaria, con
lo cual la narración se vuelve más interesante, a partir de las reflexiones
vitales que desgrana.
En este caso, el desafío de
escribir una historia a partir de la propia biografía se resuelve muy bien, porque
el autor logra tomar distancia y convertir en personajes literarios a los
miembros de su familia. Pareciera que uno de los secretos es ese, desarrollar la
narración como si no supiéramos en qué va a terminar y olvidar la vida real
para convertirla en una verdadera ficción.