domingo, 6 de febrero de 2011

De escritores: Paul Auster y sus historias dentro de la historia


Leer a este autor neoyorquino es convertirse poco a poco, a medida que avanza la novela, en un vecino de Brooklyn que también quisiera tener una cita con la MBPD o con una cena con Nathan y su sobrino, es decir, ser un personaje más en ese mundo aparentemente anónimo del barrio.

Uno se pregunta a medida que avanza en la lectura; ¿es el azar el determinante de nuestras vidas? ¿No existe un destino predeterminado? Porque la novela comienza con un protagonista derrotado de antemano, un antihéroe americano en el mejor sentido de la palabra, porque Nathan piensa que ya le queda muy poca vida interesante y paradójicamente, su vida se vuelve interesante cuando deja de interesarle y pasa a ser interesante para el lector.

Confundir y mezclar vida y literatura parece ser una parte inevitable de nuestro curioso oficio de escritores y en este caso, tal como dice Auster, la literatura se convierte en refugio y en alivio de males ancestrales para la tragedia de vivir en un mundo gobernado por fuerzas aparentemente más irracionales que las del arte.

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