domingo, 20 de febrero de 2011


De escritores: Borges 25 años de su muerte

Una fría mañana de invierno la radio nos anunciaba la muerte de Borges en Suiza. Ya no hablaríamos más del “viejo” como se le decía en los círculos literarios y en la facultad de Letras. Era una segunda despedida, anunciada y presentida a partir de su viaje a Ginebra, pero nadie creía sinceramente que Borges se nos iba a morir, porque ya era parte de nuestro destino no sudamericano, sino porteño.

Sin embargo, para mi generación su voz y sus gestos perduran en sus poemas, en sus cuentos y en sus ensayos, a los que volvemos cada tanto para recuperar una escritura cargada de sentido, que se reconoce como fondo de nuestros propios textos.

Y aunque él decía que la pequeña vida de un artista se perdía en sus obras, todavía hay gente que vuelve una y otra vez sobre sus opiniones políticas o sobre tal o cual acto público, porque es más fácil juzgarlo que perderse en sus laberintos, o mal que mal, intentar leerlo.

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